El Orientador Experto
Un Modelo para la Ayuda Sistemática y la Relación
Interpersonal.
Resumen
del Capítulo 1: La ayuda, el orientador y el que se adiestra
¿Desorden o riqueza?.
·
El
principiante o aquél que se adiestra necesita un modelo práctico de trabajo que
le diga:
o
Lo
que él debe hacer para ayudar a otros en malestar emocional.
o
Qué
habilidades necesita para ello y cómo adquirirlas.
o
Lo
que debe hacer la persona que viene por ayuda en este proceso.
o
Qué
habilidades necesita la persona que viene por ayuda para envolverse a sí
misma(o) en este proceso y cómo adquirirlas.
o
Qué
pasos o etapas forman parte del proceso de ayuda.
Un modelo de trabajo para la ayuda.
·
El
autor prefiere un enfoque empírico en la orientación y la psicoterapia,
complementado en la práctica con enfoques descriptivos sobre el hombre.
·
Recomendación:
El principiante no debe acercarse a la orientación a través de ninguna escuela
específica, y que debe tener un modelo práctico para ayudarle a captar el
sentido de las escuelas, teorías y técnicas de ayuda que existen.
El orientador principiante necesita un
marco referencial de trabajo de dos clases.
a)
Un marco práctico:
·
El
principiante necesita un sistema que le diga a él qué hacer para ayudar. El
modelo de ayuda presentado aquí proporciona una estrategia práctica para
ayudar.
·
Se
divide en tres etapas: El modelo trabaja si el orientador ha desarrollado las
habilidades mencionadas por el modelo y si él usa estas habilidades en cada
etapa del proceso de ayuda.
·
Un
ayudante así es llamado de "alto nivel" y se le distingue del
orientador de "bajo nivel" que es uno que no ha desarrollado las
habilidades del modelo o que no ha dominado e1modelo mismo o que no usa las
habilidades que tiene al tratar de ayudar.
b)
Un marco integrante:
·
El
principiante también necesita un marco de trabajo que le capacite para tomar
ideas, técnicas y metodología de otras teorías y enfoques e integrarlos con su
propio concepto y práctica de ayuda (“Eclectisismo sistemático”)
La crisis en la ayuda.
·
Las
profesiones de ayuda necesitan ayuda ya que: Orientar no es un proceso neutral:
o es para mejorar o es para empeorar.
·
El
hallazgo de Carkhuff de que el orientador experimentado promedio, en un
proyecto de investigación que se hizo, fue un orientador de "bajo
nivel" y sin duda, una de las áreas principales de su falta de desarrollo
eran las relaciones interpersonales.
·
En
psicología clínica se mueven directamente de una educación estrictamente
académica a la práctica internista, en la cual ellos son responsables de tratar
clientes. Esta práctica parece no tener ética, pues el que se adiestra no ha
tenido que demostrar un nivel adecuado de pericia en las habilidades básicas de
ayuda. Carkhuff y sus asociados (Carkhuff, 1972d; Carkhuff y Berenson, 1967,
págs. 7-11) encuentran evidencias al indicar que muchos estudiantes graduados
en las profesiones de ayuda se vuelven menos capaces de ayudar debido al
adiestramiento que ellos reciben. Son una devastadora combinación los programas
de adiestramientos demasiado cognoscitivos, no sistemáticos, llevados por
educadores que carecen de las habilidades básicas para ayudar.
·
Otra
señal de la necesidad de reforma en las profesiones de ayuda es la tendencia de
muchos orientadores de dar más ayuda a quienes menos la necesitan (Goldstein,
1973; McMahon, 1964; Schofield, 1964; Shapiro y Asher, 1972; Williams, 1956).
El cliente preferido de muchos orientadores es lo que Schofield llama el
paciente "YAVIS" - young, attractive, verbal, intelligent, and
successful (joven, atractivo, verbal, inteligente y con éxito). Por lo tanto,
mucho del "éxito" experimentado por tales orientadores se debe al
hecho de que ellos escogen clientes mínimamente perturbados y con óptimos
recursos.
·
La
presente crisis puede verse o como un problema o como un aprieto. Cuando se ve
como aprieto, se retuercen las manos y se critica, la clase de crítica que no
hace nada más que suscitar más crítica. Sin embargo, si la presente crisis se
ve como problema, podemos empezar a dar los pasos necesarios para resolverlo.
Si existe una extensa literatura sugiriendo que los presentes programas de
adiestramiento no producen orientadores efectivos, nosotros podemos diseñar
programas que sí lo hagan. Si vemos que una de las fallas principales de estos
programas es que ellos no proveen el adiestramiento sistemático en habilidades
que se ha demostrado ser efectivas en el proceso de ayuda (Ivey, 1971;
Matarazzo, Wiens y Saslow, 1966; Whitely, 1969), podemos desarrollar programas
basados en tal adiestramiento sistemático. Este libro intenta ser una
introducción para tales programas.
Destrezas y problemas socio-emocionales.
·
Presupuestos
básicos:
o
Que
el orientador es una persona experta, una persona que vive realizada y que
ciertamente está viviendo más realizada que el cliente, en las áreas de los
problemas del cliente y
o
Que
el cliente aprenda las habilidades que necesita para vivir más efectivamente a
través del proceso de orientación.
·
Una
forma de mirar la conducta “loca" de la persona con problemas socio
emocionales es ésta: cuando una persona encara ciertas situaciones de vida
llenas de tensión, él o ella pueden no tener las habilidades necesarias para
tratar sobre el problema y la tensión.
·
Por
lo tanto el objetivo del orientador, a través de este modelo, es brindarle al
cliente las destrezas que necesitan para vivir la vida y para enfrentarse a sus
crisis más efectivamente. Un conjunto de habilidades es de suprema importancia:
habilidades para las relaciones humanas básicas, las habilidades que se
necesitan para un efectivo envolvimiento con otros, en especial: destreza en las relaciones interpersonales
como un factor crítico en el desarrollo de un sentido de identidad.
Retrato de un orientador.
·
El
orientador debe ser una persona comprometida con su propio crecimiento: físico,
intelectual, emocional, social, y hasta incluso espiritual.
·
Ya
que se da cuenta de que primero debe modelar la conducta en sí mismo que él
espera ayudar a que otros alcancen. Sabe que puede ayudar solamente si, en
sentido pleno del término, él es un ser humano "potente", una persona
con voluntad y recursos para actuar.
·
Algunas
características esenciales del orientador “ideal”:
o
Muestra
respeto hacia su cuerpo a través de dieta y ejercicios apropiados.
o
Posee
una adecuada inteligencia básica (ni se subestima ni pretende saber más de lo
que realmente sabe), por lo tanto siempre se mantendrá actualizado (es un
hombre/mujer en proceso).
o
Lee
ávidamente
o
Es
una persona práctica, un “traductor” y un integrador.
o
Tiene
un buen sentido común y una buena inteligencia social.
o
Escucha
atentamente al otro (presta atención al lenguaje verbal y no verbal).
o
Es
empático.
o
Un
buen orientador es concreto en sus expresiones, trata con sentimientos reales y
conducta real más que con formulaciones vagas, psicodinámicas oscuras, o con
generalidades. Su hablar aunque cuidadoso y humano, es también llano y va al
grano
Retrato del que se adiestra.
·
Al
igual que el orientador, el que se adiestra también debe aprender a vivir
efectivamente, física, intelectual y socio-emocionalmente. Ciertamente debe
aprender a tratar con la problemática de su, propia vida, no de una vez por
todas, sino continuamente, porque es una persona en proceso.
·
En
programas de adiestramiento de alto nivel (esto es, en programas que cuenten
con practicantes altamente motivados y llevados por adiestradores de alto nivel
que sean orientadores efectivos), es preferible que los practicantes traten con
material real en su práctica de interacciones. El contenido de estas
interacciones debe ser relevante para sus estilos interpersonales y de ayuda.
Al principio, los practicantes pueden hablar sobre asuntos menos amenazantes
(pero reales) hasta que la armonía y la confianza hayan sido establecidas y
posteriormente hablar sobre temas más críticos. De esta manera, el programa ideal
proveerá tanto un adiestramiento como un tratamiento (en la medida en que este
último sea necesario). Es obvio, entonces, que los practicantes no llevarán el
mismo paso, pues algunos tendrán más problemas con los que trabajen que otros;
así pues, la suposición de que todos deben llevar el mismo paso no es correcta.
Estas son las principales razones por las que yo prefiero usar problemas reales
de clientes, más que el role-playing en sesiones de práctica.
·
El
primer principio es que el que se adiestra debe siempre permitírsele hablar
acerca de lo que él quiera hablar; él debe siempre estar en control de su
propio descubrimiento y de su propia exploración
·
Mientras
más real sea el proceso de adiestramiento, más beneficios obtendrá el que se
adiestra. Puesto que ayudar es finalmente una acción (cambio constructivo de la
conducta por parte del cliente) y el orientador es un agente de cambio en un
proceso colaborativo de influencia social, el que se adiestra, también, debe
ser un agente; esto es, él mismo debe esforzarse y envolverse activamente en el
programa de adiestramiento antes que someterse pasivamente a él y nada más.
·
Los
años de escolaridad como se conducen generalmente, enseñan a los estudiantes a
ser pasivos; es decir, los estudiantes aprenden a someterse a una educación.
Esta pasividad es difícil de erradicar
·
La
primera responsabilidad del que se adiestra es adquirir las destrezas que han
demostrado ser efectivas en el proceso de ayuda: prestar atención, comunicar la
empatía precisa, respetar, ser concreto y auténtico. Un segundo conjunto de
destrezas esenciales gira alrededor de los principios del aprendizaje y el
mantenimiento y cambio de la conducta. Puesto que estos principios sustentan la
conducta, incluyendo conducta de ayuda, el que se adiestra debe aprenderlos o
familiarizarse con ellos. Incluyen la naturaleza y función del refuerzo,
condicionamiento, moldear conducta, estímulos aversivos y otros.
·
Una
destreza personal que el adiestrado debe adquirir durante el programa, es la de
evaluar sus puntos fuertes y deficiencias reales en ayudar y en relaciones
humanas
El adiestrador.
·
Los
adiestradores mismos tienen que ser orientadores de alto nivel (más alto de
aquellos que se están formando), de lo contrario, perjudicarán en el proceso a
los adiestrados y bajarán a su vez su propio nivel. Ley: “el adiestrar puede ser para bien o para mal”.
·
Ley de multiplicación:
“Sugiere que una persona realmente posee una destreza solamente cuando es capaz
de enseñarla a otros” (Ivey,1971).
·
Por
lo tanto: Los mejores practicantes se vuelven los mejores orientadores; los
mejores orientadores son los mejores adiestradores (Carkhuff, 1972c).
COMENTARIO
En la siguiente lectura hemos podido apreciar cómo
se le brinda al psicólogo una ayuda práctica de poder orientar o “adiestrar”
como se le llama.
Es un libro orientado a la ayuda que le puede
brindar un orientador a su orientado, el cual debe llevar un proceso serio que
implica compromiso, responsabilidad y sobre todo el desarrollo de habilidades básicas
pero esenciales para que se realice un buen trabajo.
La lectura es importante ya que no solamente nos
brinda pautas de orientación con respecto a cómo debe comportarse el orientado,
sino también por parte del orientador y los roles que debería cumplir. Puedo concluir
que este 1º capitulo es muy bien explicado por el autor Gerard Egan a tal punto
que las explicaciones que brinda, son lo suficientemente entendible para poder
llevarlas a cabo en la práctica diaria y la labor psicológica y comunitaria.
excelente información muy clara, precisa y concisa.
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