jueves, 20 de febrero de 2014

TERAPIA BREVE CENTRADA EN LA SOLUCION

TERAPIA BREVE CENTRADA EN LA SOLUCION

INTRODUCCION:
La Terapia Breve Centrada en la Solución (TBCS) es un modelo terapéutico desarrollado por el Centro de Terapia Familiar Breve de Milwaukee, Estados Unidos, a fines de los años 70’, bajo la dirección de Steve de Shazer e Insoo Kim Berg.
Además, se les vincula a los movimientos post-estructuralista (puesto que no indagan lo que hay detrás y debajo del lenguaje, sino lo que hay en el lenguaje), constructivista (puesto que no creen que el lenguaje representa la realidad, sino que el lenguaje es la realidad, por cuanto la constituye y ordena) y post-modernista (puesto que consideran que el lenguaje científico es un medio más de acercarse al conocimiento, no es el único medio).
Este enfoque se ha caracterizado por descartar el desarrollo de una teoría de la terapia, abocándose al desarrollo de un enfoque más pragmático; es decir, al estudio de pautas de entrevistas o conversaciones para realizar una psicoterapia eficaz.

GREGORY BATESON:

Gregory Bateson, funda en el año 1952 un grupo de investigación de la comunicación (o “Proyecto Bateson”), de gran influencia para el desarrollo de la psicoterapia, causando una conmoción que resultó finalmente en un cambio de paradigma.
La Teoría General de Sistemas postula que un sistema está conformado por muchos elementos que interactúan entre sí. Cada elemento no puede ser considerado de forma individual, sino que debe ser estudiado en el contexto de sus interacciones. Adoptar una perspectiva sistémica significa desplazar completamente la atención de por qué sucede un fenómeno, por qué existe un síntoma, a cómo este síntoma se mantiene en el presente. Bateson decía que cualquier tipo de síntoma se mantiene en el ámbito de las relaciones familiares en el presente y, por lo tanto, si lo que se pretende es una modificación de los síntomas tenemos que trabajar sobre la modificación de las interacciones actuales.
La Cibernética, por su parte, se enfoca en el feedback (traducida comúnmente como retroalimentación).
Emplea el término homeostasis para describir el proceso por el cual el sistema se regula para mantener un estado estable. Por lo tanto, la comunicación humana, puede verse limitada por un estado de homeostasis, es muy importante cuando se considera en problemas familiares y su falta de habilidad para resolverlos.
Una de los conceptos fundamentales de Bateson es la “doble coacción” o “doble vínculo”. La doble coacción se explica planteando una situación donde uno de los implicados en la interacción envía un doble mensaje a su interlocutor. Por “doble mensaje” se entiende una paradoja comunicativa en la que hay una orden en la que se pide al sujeto que simultáneamente haga y no haga la misma acción (“¡quiero que me regales flores, pero que se te ocurra a ti!”, “si quieres hijo puedes ir a tu fiesta, no importa si me dejas sola”). Este tipo de mensajes causa una inestabilidad en el receptor, quien no sabe cómo reaccionar ante el mensaje por la naturaleza del mismo.
Un sujeto que está inmerso en un sistema de comunicación de esta naturaleza, sea cual sea su manera de responder al imperativo, entra en un estado de culpa y disonancia del cual no se puede librar por la misma forma en que el mensaje lo acorrala.
Basándose en este hallazgo, Gregory Bateson, junto a sus ayudantes Jay Haley y John Weakland, se interesaron por seguir estudiando la comunicación de carácter terapéutico y para ello, se interesaron en la práctica clínica que por ese entonces desarrollaba Milton Erickson.

MILTON H. ERICKSON:

Erickson fue un hipnoterapeuta norteamericano de gran influencia en distintas corrientes de la terapia sistémica y de la terapia breve, que hacía sus intervenciones sin apoyarse en ninguna teoría psicopatológica ni tampoco se interesaba en averiguar sobre el origen de los problemas. Las cosas que otros terapeutas consideraban psicopatológicas, Erickson las consideraba habilidades, “mecanismos mentales”, que podrían usarse tanto para curar como para producir problemas. Erickson consideraba que los clientes tenían en ellos mismos o dentro de sus redes sociales los recursos para realizar los cambios que necesitaban hacer. La función del terapeuta era acceder a estos recursos y ayudar a los clientes a usarlos en las áreas apropiadas de sus vidas.

EL MENTAL RESEARCH INSTITUTE (MRI):

Trabajaron entonces con un límite prefijado de 10 sesiones, destinadas a intentar resolver el problema presentado en vez de reorganizar las familias o producir insight. Este modelo de tratamiento se llama “centrado en los problemas” porque los terapeutas que lo aplican intentan  aliviar sólo las quejas específicas que los clientes llevan a terapia.
Siguiendo a Bateson, consideran que los problemas son de naturaleza interaccional, es decir, dificultades entre las personas más que algo que surge desde el interior de los individuos.
Señalan que los problemas se desarrollan cuando se manejan mal las dificultades de la vida cotidiana. Una vez que una dificultad se ve como un “problema”, el problema es mantenido o empeorado por los intentos ineficaces de las personas para resolverlo.

EL CENTRO DE TERAPIA FAMILIAR BREVE (BFTC) DE MILWAUKEE

Este centro fue fundado por Steve de Shazer, directamente influido por las enseñanzas del MRI, modelo al cual inicialmente adscribió. Posteriormente las investigaciones del Centro de Terapia Familiar Breve (BFTC) hicieron un mayor énfasis en las soluciones y cómo funcionaban, dejó de lado el centrarse en la identificación de patrones de interacción en torno a la queja para interrumpir la secuencia problema, tal como proponía el MRI, para dedicarse a identificar lo que funcionaba a fin de identificar y amplificar estas secuencias de solución.  
En un principio la TBCS se plantea desde una posición opuesta al MRI (de hecho el nombre del modelo es una paráfrasis del conocido artículo relacionado al MRI: “Terapia Breve Centrada en el Problema”.
Comparten sin embargo muchos de los postulados y estrategias de intervención, tratándose más bien de modelos complementarios que se integran con facilidad.

FACTORES DE INFLUENCIA EN EL CAMBIO TERAPEUTICO:

1) Factores del cliente y extraterapéuticos:

Pertenecen al paciente y a su contexto relacional, independientes de la terapia. Algunas de ellas, como el grado de motivación, las expectativas de mejora y la fuerza de la red de apoyo social son susceptibles de intervenir a través de la terapia, mientras que otras, como los estilos de personalidad, son más estables. El hecho de que muchas personas cambien sin haber participado en ningún proceso psicoterapéutico formal pone en evidencia la importancia de los recursos personales y sociales (amigos, familia, colegas) de los consultantes. En esta categoría se incluyen los cambios que se producen antes de iniciar el tratamiento.

2) Factores comunes y de la relación:

Son aquellas variables compartidas por todas las terapias. Kleinke (1994) hace una exhaustiva revisión de tales factores. Algunos ejemplos son: una relación terapéutica segura, la experiencia emocional correctiva o la atmósfera de apoyo que se crea en cualquier tipo de terapia eficaz. Es importante destacar en este apartado las actitudes terapéuticas propuestas por Carl Rogers para asegurar el éxito de una intervención: comprensión empática, congruencia y aceptación incondicional.

3) Técnicas:

Son los procedimientos específicos de cada modelo. Sin embargo, el efecto de las técnicas psicoterapéuticas como factores de cambio depende de la interrelación cliente-terapeuta y no de las técnicas en sí. Esto echa por tierra la creencia de que es la técnica el principal factor que explica el cambio.

4) Efecto placebo y expectativas:

Corresponde a las expectativas del consultante de recibir ayuda y su credibilidad en las técnicas empleadas. Duncan et al. (2004) señalan que contribuyen a este factor las siguientes actitudes terapéuticas: a) poseer un ritual sanador, b) que el terapeuta crea en el procedimiento u orientación, c) el procedimiento u orientación debe ser creíble para el marco de referencia del cliente, c) el procedimiento u orientación debe relacionarse a las experiencias de éxito previas del cliente y d) que la orientación temporal del tratamiento debe estar en el futuro.

3. MOTIVACION POR EL CAMBIO:

La TBCS propone que las técnicas a emplear en el proceso terapéutico deben adaptarse a las características singulares del estilo de relación cliente-terapeuta establecida entre ellos.
Identificar este estilo de relación ayuda a determinar cuál será la intervención terapéutica con más probabilidades de producir la cooperación y participación del consultante y, por ende, la disminución de la duración del tratamiento.
El modelo transteórico de Prochaska y DiClemente (1983) propone una serie de fases a través de las cuales circulan los clientes de acuerdo a su motivación por el cambio y que determinan la relación establecida con el terapeuta:

1)   Fase de pre-contemplación:

Es la etapa en la cual no hay ninguna intención de cambiar el comportamiento en un futuro próximo. Muchos individuos en esta etapa no se dan cuenta de sus problemas o los minimizan.

2)   Fase de contemplación:

Es el estado en que las personas son conscientes de que existe un problema y piensan seriamente superarlo pero aún no se han comprometido a pasar a la acción.
Los individuos pueden quedarse atascados en la etapa de contemplación durante largo tiempo.

3)   Fase de preparación:

Los individuos en esta etapa intentarán pasar a la acción o lo intentaron sin éxito en el pasado reciente. Aunque han hecho mejoras en sus problemas de comportamiento, los individuos en la etapa de preparación no han alcanzado aún el criterio para una acción efectiva.
El terapeuta necesita ayudar al cliente a seleccionar las metas del tratamiento, exploran sus potencialidades y las vías posibles para alcanzar esas metas.  Presentar opciones de tratamiento o estrategias de cambio y desafiar constructivamente las habilidades para resolver problemas.

4)   Fase de acción:

Es la etapa en la que cada individuo modifica su comportamiento, experiencias o entorno con el fin de superar sus problemas. Acción implica cambios de comportamiento más visibles y requiere un considerable compromiso de tiempo y energía.

5)   Fase de mantención:

Es la etapa en la cual las personas trabajan para prevenir  una recaída y consolidar los resultados obtenidos durante la acción. Tradicionalmente

Shazer señala que existirían tres tipos de relación cliente-terapeuta:

1)   Relación de tipo “comprador”:

Ocurre cuando el cliente y el terapeuta son capaces de identificar una queja o un objetivo para el tratamiento. Desde el punto de vista de las fases del cambio descritas por Prochaska, la relación de tipo “comprador” es equivalente a la fase de preparación y la de acción para el cambio. Es decir, el cliente está preparado para el cambio y el terapeuta es un facilitador que lo ayuda a alcanzar las metas propuestas.

2)   Relación de tipo “demandante”:

Es aquella en la cual terapeuta y cliente pueden identificar juntos un objetivo o una queja para el tratamiento, pero no han podido identificar los pasos concretos que el cliente necesita dar para producir una solución.
Este tipo de relación cliente-terapeuta es similar a la fase de contemplación descrita.

3)   Relación de tipo “visitante”:

Se entabla cuando al final de una sesión terapeuta y cliente no han identificado juntos una queja o un objetivo sobre los cuales trabajar en el tratamiento.
Desde el punto de vista de los factores comunes de eficacia terapéutica, cuando el terapeuta toma en consideración el tipo de relación cliente-terapeuta para la formulación del tratamiento, está aportando al fortalecimiento de la alianza terapéutica para la eficacia de la terapia).
SUPUESTOS FUNDAMENTALES
Pacheco (2003) ha resumido ciertos principios y supuestos básicos que siguen quienes adscriben a este enfoque:
1)   Es un enfoque no patologizante,
Que coloca el énfasis en la salud mental los consultantes. La atención está colocada en los éxitos para el manejo de sus problemas. Se ponen en relieve sus recursos y no sus carencias e incapacidades.

2)   La utilización terapéutica
Es un principio derivado del trabajo de Milton Erickson y que Zeig (1992) ha definido como “la disponibilidad del terapeuta a responder estratégicamente a todos y a cada uno de los aspectos del paciente o el entorno”.

3)   Visión ateórica,
No normativa, determinada por el cliente. A este enfoque no le interesa la
“verdadera naturaleza” del problema presentado por los clientes. Cuando el terapeuta aborda un caso clínico, renuncia al rol del experto que realiza un diagnóstico y propone un tratamiento estandarizado al cliente.

4)   Parsimonia:
Este enfoque propicia los métodos simples y directos para llegar a un fin, busca la economía en los medios terapéuticos utilizados para obtener los fines deseados. La terapia actúa en función de las estrategias.

5)   El cambio es inevitable:
El cambio forma parte de la vida hasta tal punto que los pacientes no pueden dejar de cambiar. Muchas veces la terapia consiste simplemente en identificar los cambios que se están produciendo naturalmente y en utilizarlos para llegar a una solución. Esto implica, por ejemplo, que en la primera entrevista el terapeuta indagará acerca de los cambios que haya experimentado el cliente antes de asistir a la terapia, y si los hubiera, el tratamiento consistirá, entonces, en la amplificación de esos cambios.

6)   Una terapia orientada hacia el presente y el futuro:
En este modelo, a diferencia de otras orientaciones, se da un mayor énfasis a lo que el paciente hace en el presente y hará en el futuro que sobre una mera comprensión de por qué acaeció cierto hecho remoto. En este enfoque se usan ciertas preguntas o técnicas que ayudan al cliente a imaginarse un futuro sin el problema (técnica de “la bola de cristal” y la “pregunta milagro”).

7)   Cooperación (colaboración) cliente-terapeuta:
En este enfoque se practica una actitud general de cooperación, en donde el terapeuta es quien da los primeros pasos para acomodarse al cliente: ver el problema desde el punto de vista del cliente; hablar su lenguaje; trabajar dentro de su marco de referencia personal; negociar un objetivo de tratamiento de consenso mutuo.
TECNICAS DE LA TBCS:
La TBCS intenta directamente aumentar los aspectos no problemáticos, con lo que en definitiva se reduce también el tamaño del problema. Así, la TBCS trabaja en primer término con las soluciones, ayudando a los clientes a identificar lo que quieren conseguir,
PROYECCION AL FUTURO:
Las técnicas de proyección al futuro son características de la TBCS y consisten en invitar a los consultantes a que se imaginen un futuro en el que el problema por el que consultan está ya resuelto y lo describan con detalle.
Permiten negociar los objetivos finales de la intervención, generando una perspectiva de futuro.
EXCEPCIONES:
El equipo de Milwaukee denominó "excepciones" a las acciones y circunstancias en las que la presencia de la queja se atenúa o, sencillamente, no ocurre. Es tarea del terapeuta retener el tema de conversación de la entrevista clínica en las excepciones.
Investigar las "excepciones" consiste, por tanto, en interesarse por los comportamientos que el cliente y/o sus familiares hacen o ya hicieron en alguna ocasión y que logran o lograron resolver el problema – o, al menos, encaminar la situación hacia un abordaje más eficaz del problema – y las situaciones en las que el éste disminuye o desaparece.

CAMBIOS PRETRATAMIENTO:
El término "cambio pre-tratamiento" se refiere a los momentos en los que, en las últimas semanas previas a la consulta, el cliente ha manejado mejor la situación, de tal manera que la queja no ha estado presente, ha sido menor o se ha resuelto. Son una forma particular de excepciones que facilitan una construcción de la realidad en la que el cambio ya se está produciendo en la dirección deseada, incluso antes de acudir a consulta.


COMENTARIO

En la lectura se ha podido analizar las distintas pautas que nos brinda el autor acerca de un modelo terapéutico de eficaz aplicación el cual rompe de cierta manera con algunos de los esquemas prestablecidos y considerados actualmente. La TBCS propone que las técnicas a emplear en el proceso terapéutico deben adaptarse a las características singulares del estilo de relación cliente-terapeuta establecida entre ellos. Entre una de las técnicas que ha llamado mi atención se encuentra donde se da un mayor énfasis a lo que el paciente hace en el presente y hará en el futuro que sobre una mera comprensión de por qué acaeció cierto hecho remoto. En este enfoque se usan ciertas preguntas o técnicas que ayudan al cliente a imaginarse un futuro sin el problema.
Este enfoque se ha caracterizado por resaltar el desarrollo de una teoría de la terapia, abocándose al estudio de pautas de entrevistas o conversaciones para realizar una psicoterapia eficaz. 

1 comentario:

  1. Sugiero citar los textos en los que se basa el post. Al parecer es el extracto de un apunte (disponible en Scribd) que elaboré para mis clases y de la que existe publicada una versión mejorada en el libro "Terapia Sistémica Breve, Fundamentos y Aplicaciones", de editorial RIL, Santiago de Chile. Atte, Felipe E. García.

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